Así se me quedó la cara, cuando tomando una taza de té, “mi otro yo” ( con el que a veces no me llevo muy bien), me dijo que dejaría todo por amor a mis 31 años.
La vida es como la moda, siempre vuelve y a veces lo que llevabas a los 18 años lo vuelves a llevar ahora, o lo que tendrías que haber hecho con 18 lo haces ahora.
Si me llegan a decir hace un año y medio que dejaría mi trabajo y cambiaría mi lugar de residencia le digo: ¿¿¿pero chica que dices??? ¿ que a estas alturas te vas a poner a estudiar? ¿que quieres emprender? bla, bla,bla …
Si somos curiosos y miramos un poquito a nuestro alrededor, podremos ver más allá de lo que concebimos como nuestra zona de confort. Y yo que soy muy atrevida no puedo evitar saltarla y sin colchón que amortigüe mi caída.
Si he aprendido una cosa buena en estos años de mi vida es que no hay que mirar atrás ni para coger aliento, esta cualidad me la enseñó una persona muy importante: mi padre.
Y aquí estoy, no negaré que a veces al despertar tengo un poco de “cangueli” pero estoy aprendiendo a negociar con “mi otro yo” para que en cuestión de minutos todo cambie y sólo vea oportunidades y cosas nuevas por hacer.
En definitiva, lo que os quiero contar es que aunque tengas 30,40 o 50… es importante que veamos más allá de nuestra zona de confort y empecemos a hacer esas cosas que siempre hemos querido hacer.
Si quieres vivir en otro lugar, trasládate.
Si quieres emprender, emprende.
Si quieres aprender a bailar, baila.
Si quieres estudiar, estudia.
¡Pero sobre todo HAZLO porque ya lo dice mi taza: ERES ÚNICO EN TU ESPECIE!
¡FELIZ DIA!
Cocolebrel By Paula
Taza desayuno: Alehop
Fotografia: Adriana Lopez Fotografia
