La Felicidad compartida

[vc_row][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]Ha sido ver esta camiseta y acordarme de ese magnífico viaje a Paris.
Seguramente lo hicimos por alguna recompensa. No es la primera vez que oigo decir a padres y madres “ Si te portas bien, el año que viene iremos a Disneyland Paris”. Yo no soy madre y hasta se lo he llegado a decir a mis hermanas pequeñas, así que creo que no seré la primera ni la última. Pero que conste que lo prometido es deuda y haremos ese viaje.
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Mi madre tenía encima de la nevera una hucha (la debió poner a bastante altura para evitar tentaciones…jeje). Recuerdo que era de hojalata que tenia estampada alguna foto de película de Disney, de esas de tamaño doble que para abrirla necesitabas el abridor de latas de toda la vida. Ese que una vez lo usas deja la hucha inservible.
La iba llenando diariamente y por aquel entonces con monedas de 100 y de 500 pesetas. Lo estuvo haciendo durante un año para que pudiéramos hacer nuestro viaje soñado. ¡Si señor, a eso le llamo yo perseverancia y amor incondicional!. 
Creo que le bastaba con vernos la cara a mí y a mis hermanas cuando de vez en cuando la íbamos sopesando para ver si ya quedaba poco para llenarse. Yo que era la pequeña, quería ir a Disneyland por supuesto a ver a mis amigos Mickey, Minnie y compañía;  las mayores se morían por visitar la ciudad del amor con sus jardines, museos… y la jefa, además de vernos disfrutar, se moría por visitar los grandes almacenes de la ciudad. Pero todas teníamos una misma ilusión: Viajar a Paris.
Al final de sus días, la hucha pesaba tanto que cuando la cogíamos, nos entraba la risa porque nos costaba sujetarla. Cuando por fin la abrimos y empezamos a contar las monedas teníamos una cara de felicidad y a la vez de tensión por ver si con eso bastaba o tocaba seguir poniendo más. Una cara que mi madre no creo que la olvide jamás.
Reconozco que es un gran esfuerzo realizar este viaje y que no todos pueden hacerlo pero da igual si os cuesta un año, dos o tres, lo importante es crear ilusiones para llegar a un mismo objetivo y sobre todo que se compartan en familia.
Os diré que miro atrás y es de los mejores recuerdos que tengo, y seguro que mis hermanas cuando lo lean opinaran lo mismo.

¡Feliz Domingo!

Nos leemos muy pronto en Cocolebrel, mientras tanto no olvides seguirnos en Instagram y facebook

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